Hace justo dos años que el artista autodidacta Albert Madaula (Barcelona, 1986) encontró su paraíso privado. Ubicado en Poblenou, un barrio de Barcelona que para el creador tiene “un aire y una energía diferentes” y cuyos edificios le “recuerdan mucho a Brooklyn”, En la imagen, Albert Madaula, rodeado de sus obras La pugna y Lleopard al vespre.

Palmera Estudio es el multiespacio de 250 metros cuadrados que el artista comparte con su pareja, Carlos Arrieta, y con un equipo de ocho personas de lunes a viernes. “Es uno de los edificios más icónicos del barrio. Algo así como la Pedrera del Poblenou, un espacio industrial de los setenta con mucha personalidad”, afirma. Pero también con mucho por hacer.

Cuando el artista se topó con el local, estaba destrozado. “Lo tiré todo y, como si fuera un lienzo en blanco, levanté Palmera. Muchos arcos para dividir los espacios y esconder las columnas, colores cálidos, una cocina abierta con revestimientos de cerámica, techos de madera, muchas plantas… Quería huir del típico loft frío e industrial”. La cocina fue diseñada por el propio artista. Los azulejos son de Ceràmica Ferrés.